Este domingo se llevaron a cabo las elecciones federales de Alemania, en las que fueron electos 598 diputados para formar el nuevo Bundestag (Parlamento Federal), quienes tendrán la responsabilidad de elegir al nuevo canciller que reemplazará a Angela Merkel luego de gobernar durante 16 años consecutivos.

El partido de Merkel, la Unión Demócrata Cristiana de Alemania (CDU), sufrió un descenso importante de 50 escaños en la institución legislativa, perdiendo su lugar de los últimos años como la fuerza más grande del Bundestag, lo cual abrió paso a una nueva crisis debido a la necesidad de crear una nueva coalición que satisfaga la mayoría de los escaños necesarios para formar un nuevo Gobierno.

La nueva gran fuerza parlamentaria es el Partido Socialdemócrata (SPD) encabezado por el vicecanciller Olaf Scholz, quien además fue Ministro Federal de Finanzas durante los últimos tres años de la gestión de Merkel. De este modo, el jefe del grupo parlamentario de los socialdemócratas, Rolf Mützenich, aseguró que el partido estaba abierto a formar una coalición lo antes posible, iniciando conversaciones con el Partido Verde y el Partido Liberal.

Por su parte, el CDU comenzó a ceder sobre la posibilidad de formar un nuevo Gobierno liderado por Scholz, de la mano de felicitaciones de Merkel y el nuevo líder del partido, Armin Laschet. No obstante, el CDU también ha mantenido conversaciones con el Partido Verde y el Partido Liberal con el fin de explorar una posible coalición, ya que, tanto Scholz como Laschet pueden formar Gobierno si logran aliarse con estas dos fuerzas políticas.

El legado de Merkel dentro de la democracia parlamentaria alemana

La gestión de Merkel ha sido un referente tanto para Europa como para el mundo, puesto que supo cómo manejar la gobernanza de las instituciones alemanas durante 16 años de forma estable. La presión hacia el CDU aumentó de forma considerable con su salida del Gobierno, puesto que, puso en tensión si el respaldo hacia el partido era en parte sólo por el liderazgo de la canciller, lo cual se demostró con la pérdida de 50 escaños.

Ahora bien, se ha cuestionado el impacto que podría tener un cambio de coalición encabezada por Scholz y el SPD debido al buen historial del partido de Merkel, sin embargo, el electorado alemán ha expresado una mayor confianza hacia el vicecanciller, que además ha participado en la formulación de las políticas públicas implementadas durante los últimos años bajo el Gobierno dirigido por CDU, de forma que existe una experiencia previa en conjunto.

El esquema federal de Alemania y su sistema parlamentario abre las puertas a una gran diversidad de combinaciones entre partidos e ideologías, estando muchas ciudades universitarias dominadas por la tendencia hacia el Partido Verde, el sureste del país por el partido de derecha Alternativa para Alemania (AfD), el sur por CDU y el norte mayormente por el SPD. Esto representa una ventaja en la teoría democrática debido a la posibilidad de que partidos pequeños puedan ser electos y gobernar, como también aumenta la inclusión de distintas perspectivas e ideologías, y a su vez obliga mayormente a los partidos a generar pactos que tengan puntos de consenso para formar gobiernos heterogéneos que respondan a una mayor diversidad de demandas.

En este caso, se teme que el Gobierno torne a la izquierda si el SPD forma la nueva coalición encabezada por Scholz y se altere el desarrollo que ha tenido en los últimos años Alemania, siendo este el legado de 16 años de trabajo de la gestión de Merkel. Sin embargo, la tendencia de los votos y sus resultados reflejan el respaldo a un posible nuevo Gobierno sin el liderazgo del CDU. Esta semana seguirán desarrollándose más diálogos entre los partidos que conforman las principales fuerzas del Bundestag y en ellas se definirá la agenda que se adoptará durante los próximos años.

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